Creación: admin – Fecha creación: 17/01/2024 | Modificación: Susana – Fecha modificación: 03/07/2024

Redacción: Susana Cruz

¡Hola viajeros! Somos Marta y Javier, una pareja madrileña que decidimos escapar del bullicio de la capital para disfrutar de un fin de semana tranquilo en Verín.

Día 1: Llegada a Gudiña y Exquisita Cena en Regueiro da Cova ️

El viaje en tren desde Madrid fue rápido y cómodo. En menos de lo que esperábamos, llegamos a la Gudiña, donde la belleza del paisaje nos cautivó de inmediato. ️

Nos dirigimos a Regueiro da Cova para nuestra primera cena. Nos habíamos enterado de que Begoña Vázquez, propietaria del restaurante, había ganado el premio de Cocinero Gallego del año, y teníamos ganar de conocerlo.  La experiencia no nos defraudó, más bién, nos encantó. Productos locales, cocina innovadora y una vista al río Támega alucinante.

Nos alojamos en A Morada do Cigarrón, donde disfrutamos de un reparador descanso. El sitio muy acogedor y con una ubicación increíble.

Día 2: Descubriendo Verín

Por la mañana, decidimos dar una vuelta por la zona histórica de Verín. Dimos un paseo por las calles y callejones de la zona antigua, pudimos descubrir el pasado de Verín, contemplando los diferentes edificios civiles y religiosos, que nos cautivaron con su arquitectura y su historia. Callejeamos por la Rúa do Pozo, la Rúa Maior y el Barrio de San Lázaro 

Paseando por la Plaza, descubrimos la Joyería Diéguez. ¡Qué sorpresa encontrar relojes a precios más asequibles que en Madrid! Estuvimos viendo varios y nos decantamos por un Reloj SEIKO hombre colección Premier. Aunque no veníamos con la idea de comprar, no podiamos dejar pasar esta oportunidad.

En la Calle Lisa, nos acercamos a Opticalia Lentes de Ouro, para que nos arreglaran la patillas de una gafas, y alucinamos, no nos cobraron el arreglo. Aprovechando la visita,  compramos unas gafas de sol del Ganso, nuestra marca favorita. Al igual que en Joyería Dieguez, nos encantó el trato recibido, sin prisas y asesoramiento personalizado.

A la hora de comer, nos decantamos por A Peixería, en la Plaza García Barbón. Había muy buen ambiente y degustamos buen marisco y productos de la zona, acompañado de vinos de la D.O. Monterrei, una combinación perfecta para recargar energías y seguir explorando.

Por la tarde, decidimos disfrutar de un relajante paseo a lo largo del río Támega, un verdadero tesoro natural que brinda innumerables oportunidades de ocio y contacto con la naturaleza. El río Támega es uno de los grandes protagonistas de la villa, y con un magnífico potencial como espacio recreativo, para disfrutar de actividades como senderismo y cicloturismo.

El LIC Río Támega, parte de la Red Natura 2000, es un espacio natural protegido que resguarda las riberas del río Támega en territorio gallego. Aquí, encontramos importantes bosques de ribera, formaciones de vegetación acuática, marismas y llanuras aluviales, así como lagunas estacionales en las riberas. El paseo por A Preguiza (Ruta Támega Norte) es uno de los itinerarios preferidos por los habitantes de Verín.

Después de descansar un rato, decidimos ejercitar un poco más y nos dirigimos a PalaVida para jugar al pádel, nuestro deporte favorito. Instalaciones impecables y un ambiente deportivo muy acogedor.

Después partido, pasamos por A Morada do Cigarrón para darnos una ducha y arreglarnos. Teníamos ganas de salir un rato y cenar algo. No recomendaron ir a la Calle Montemaior, donde nos comimos una deliciosa hamburguesa en el Francesco. Y para acabar, ¿qué mejor que una copita en la terraza del Café Fidel’s, disfrutando del ambiente de la villa?

Sin duda, fue una tarde perfecta, llena de deporte, buena comida y momentos inolvidables en Verín.

Día 3: El Encanto de Monterrei y las Antigüedades de Fernández

El Domingo nos levantamos contentos y relajados. Fuimos dando un tranquilo paseo hacia el Castillo de Monterrei, quedando maravillados por la historia y las vistas panorámicas que ofrecía. La imponente fortaleza medieval, que se comenzó a construir en el siglo XII, se alzaba majestuosa sobre la colina, testigo de innumerables acontecimientos a lo largo de los siglos. Desde sus murallas, disfrutamos de una vista espectacular del valle del río Támega y los viñedos que se extendían a lo lejos, dando testimonio del importante papel del vino en la región.

Bajando del castillo, nos dirigimos a las bodegas Gargalo, propiedad de Roberto Verino, donde pudimos aprender sobre el proceso de producción del vino y degustar algunas de las variedades locales más destacadas. La pasión y el conocimiento de los enólogos nos impresionaron, y nos llevamos a casa algunas botellas como recuerdo de nuestra visita.

Continuando nuestro recorrido, nos dirigimos al final de la carretera, donde encontramos Antigüedades Fernández Verín. Entre sus tesoros cuidadosamente seleccionados, encontramos piezas únicas cargadas de historia, desde muebles antiguos hasta objetos de arte y decoración. La calidez y hospitalidad de los propietarios nos hicieron sentir como en casa, y disfrutamos explorando cada rincón de esta fascinante tienda.

Quedamos encantados con nuestra experiencia en Verín. El viaje desde Madrid fue tan fácil y cómodo, la gastronomía local nos conquistó, las compras fueron una sorpresa agradable, atención de lujo y precios más asequible. Sin duda, volveremos para seguir descubriendo los tesoros que esta encantadora localidad tiene para ofrecer.

Edición: Susana Cruz (Agencia 36 Comunicación Digital)

DISFRUTA DE LOS VINOS DE LA D.O. MONTERREI …

Vino Blanco Ladairo Barrica Godello, Treixadura 750 ml. D.O. Monterrei. Galicia (2020).